Programas, acciones e iniciativas
En 1981, la Comisión Europea creó un comité consultivo para fomentar la igualdad de género mediante comunicación y acciones conjuntas entre los Estados miembros. Se desarrollaron tres Programas de Acción entre 1983 y 2000, que aunque lograron derribar algunos obstáculos, no alcanzaron la igualdad de facto.
La Conferencia de Beijing en 1995 introdujo la transversalidad de género, definida como integrar las perspectivas de género en políticas, programas y legislaciones. Este enfoque se formalizó en el Tratado de Ámsterdam de 1997, que incluyó la igualdad de género como principio central de las políticas de la UE. Asimismo, se lanzó una "estrategia dual", que combina acciones positivas, como medidas temporales para corregir desigualdades, con la transversalidad, que implica medidas estructurales y permanentes.

Posteriormente, la Estrategia Marco Comunitaria de 2001 a 2005 consolidó la transversalidad de género junto con medidas específicas para mujeres, aplicándola en todos los programas comunitarios.
El Plan de Acción para la Igualdad de Género y el Empoderamiento (GAP III, 2021-2025) busca acelerar el progreso hacia la igualdad, consolidando logros previos y respondiendo a los desafíos contemporáneos. Entre sus objetivos destacan:
- Integrar la perspectiva de género en el 85 % de las acciones exteriores de la UE antes de 2025, aplicándola en sectores estratégicos como infraestructura, agricultura y energía.
- Fomentar la cooperación con Estados miembros, organizaciones civiles y defensores de derechos.
- Priorizar ámbitos como la lucha contra la violencia de género, el empoderamiento económico y social, los derechos sexuales y reproductivos, y la igualdad en liderazgo y educación.
- Predicar con el ejemplo mediante un liderazgo equilibrado en las instituciones de la UE.
- Implementar un sistema inclusivo de seguimiento y evaluación para garantizar la rendición de cuentas y la transparencia.
En conclusión la UE ha evolucionado desde medidas correctivas hacia un enfoque integral y estructural, priorizando la igualdad de género en todas sus políticas y programas.